La Culpa por elegir mal
Si alguien te diese 20 euros y te diese un tiempo escaso para hacer una lista de la compra con un valor claramente superior, seguramente tendrías complicado cumplir el encargo. Acabarías comprando sólo algunas cosas y buscando opciones rocambolescas para conseguir el objetivo. Casi con total probabilidad, podemos afirmar que no conseguirías el objetivo. Probablemente no te sentirías muy mal, era un objetivo realmente imposible. No tenías condiciones para hacerlo. Las normas deberían haber sido otras.
Encontrar la pareja ideal es complicado.
Buscar pareja no es igual, pero es complejo. Tienes unas habilidades personales, un entorno determinado, unas condiciones socioeconómicas, una cultura y un tiempo. Además tienes marcado un determinado tipo de relación que puede que no sea tan fácil (no lo es) de llevar a cabo de manera positiva. En cambio el fracaso se vive con gran desazón. «Me equivoqué eligiendo» (como si hubieses tenido 100 opciones abiertas), «no me he esforzado lo suficiente» (las mentiras del liberalismo son transversales a todas las esferas de nuestra vida) o «nadie me aguanta» (bueno, no conoces a todo el mundo). La culpa es un sistema de fidelización bastante útil. Para cualquier doctrina social, política, religiosa y en la mayoría de relaciones la culpa hace creer a cualquier persona que todo está bien pero que lo está haciendo mal. El fallo individual niega los problemas colectivos. «Tengo que hacerlo mejor» en vez de «esto no hay quién lo haga».
Seguro que haces cosas mal.
Tienes carencias, obviamente. Algunas puede que bastante graves. Haces cosas mal. Puede que tengas una tendencia a escoger ciertos perfiles de gente que en realidad no te convienen. Ok. Y la mayoría de esas cuestiones personales se pueden mejorar. Eso, no obstante, es una parte. Luego hay otra serie de condicionantes que no depende exclusivamente de ti para poder encontrar relaciones satisfactorias. Ni el universo conspira a tu favor ni el destino te prepara algo mejor. Simplemente tienes que ocuparte de mejorar tu parte para tener la preparación adecuada. La posibilidad de relacionarse, existe siempre. La posibilidad de relacionarse de la manera concreta que queremos, es más complejo. Pero hay que contemplar a las personas como eso, como personas, no como potenciales x (sea x cualquier tipo de relación).
Tolerar la frustración.
De todas las ideas que se ponen de moda en el campo de la psicología esta es mi preferido. Las expectativas son realmente complejas así que las frustraciones son habituales. Pero esto casa mal con otro mensaje habitual: «si quieres, puedes» que no me gusta. La realidad es que va a haber situaciones que no van a salir de la manera que habíamos planeado. ¿Debemos caer por ello en una profunda decepción que nos deje sin ganas de hacer otras cosas? Pues podemos sentirnos mal, evidentemente una decepción es una decepción pero es que tenemos que aceptar un axioma fundamental del ser humano «podemos desearlo todo, pero no podemos tenerlo todo». Así que en esas elecciones y en las formas en que afrontemos lo que nos viene sucediendo está otro de los secretos para tener una vida buena.
Ya, ya pero es que yo me he equivocado de verdad.
Sí, puede ser. Faltaría más. Pero la falibilidad es humana así que salvo excepción alienígena o divina poco factible te seguirás equivocando. Hay que ver por tanto qué cosas nos llevaron a cometer esos errores y qué vamos a hacer para arreglarlo. Lamentarse también, claro, pero a medio plazo sirve de poco.
Hola! Esto también me lleva a otra pregunta (no tuve parejas). Existe acaso una forma universal de no equivocarse, o sea pasos a seguir o conductas en la otra persona a tener en cuenta, para no equivocarse en la elección de pareja… También lo de equivocarse es relativo si se puede decir, porque lo que en algunos casos significa un fracaso amoroso (romper una relación) en otras cuesta la vida o parte de ella ( maltrato, violaciones, abuso). Entonces la culpa, es más por las expectativas que uno mismo tiene acerca de su desempeño en el campo amoroso, no se si por ahí va el texto.
Bueno, era eso nomás. Me encanta como escribes, como te expresas, como abordas los temas, como me dejas pensando sobre muchas cuestiones. Un saludo desde Argentina!!!