Cómo Superar una Ruptura
El desamor es uno de los principales motivos de suicidio. El suicidio la principal forma de muerte violenta, a mucha distancia de los accidentes de tráfico. Estamos por tanto ante una situación dramática y las explicaciones que se escuchan al terminar una relación son siempre tremendas. Desde tristezas muy profundas hasta crisis existenciales, el momento suele verse envuelto de una épica tremendamente compleja.
En parte está bien que así sea. Si alguien quiere y pierde es normal sentir la pena. Ya no podemos compartir todo con la persona con la que habíamos decidido hacerlo. Es en las parejas donde se concentra una mayor dosis de vulnerabilidad.
La fragilidad de saber que estás concediendo a alguien el poder para destrozarte mientras mantienes la esperanza de que no lo hará. La ruptura duele, no solamente por lo que tiene que ver con la ruptura, también nos activa miedos y traumas pasados. Nos posiciona en una incertidumbre ante el futuro.
Superar una Ruptura de Pareja
Bien, bueno, la redacción hasta el momento está siendo bastante negativa. Poco acorde con el título. Pero lo cierto es que hay esperanza. La inmensa mayoría de rupturas se superan. Muchas en plazos relativamente cortos. La vida sigue y nosotras, que pensábamos que no podríamos, seguimos con ella. Encontrando nuevos amores, desamores y otras experiencias que posiblemente no pensábamos vivir pero que resultan gratificantes o estimulantes.
Ahora me estoy adelantando.
Cuestiones a tener en cuenta en la Ruptura
En el momento de la ruptura hay una serie de cuestiones a tener en cuenta:
- No importa mucho (al menos ahora) repartir culpas y entender los motivos. Las cosas son así y toca adaptarse. Cuando estemos mejor ya analizaremos qué fallos hubo y si se pueden solventar.
- Es normal estar triste, sentirse mal y sin esperanzas. Es normal pero no debe cronificarse ni hacer de ello un martirio especial. Prácticamente todo el mundo ha pasado por ahí. No creas que tu dolor es el peor de la historia del desamor en la humanidad.
- Haz cosas. Fundamentalmente aficiones. Trata de tener la mente distraída.
- Limita la comunicación. Al menos hasta que las cosas se aclaren (especialmente si se ha pedido un tiempo o si la ruptura ha sido en una discusión y parece que habrá reconciliación) tratar de limitar la comunicación.
- Desahogarte. Encuentra personas de confianza para desahogarte.
- Evita situaciones dolorosas. Evita (si puedes) aquellas situaciones que sepas que te van a resultar dolorosas.
- Mantén la calma. Esto también pasará.
La Culpa después de la ruptura
No quiero terminar este post sin reflexionar sobre algo que es fundamental. La culpa. Ese remordimiento que se siente interno pero que siempre tiene un origen externo.
Nos sentimos culpables porque así nos han educado. No aporta nada. Ningún valor, ninguna solución, ninguna mejora. La situación seguirá estando mal pero es que además te sentirás mal por estar mal en una compleja espiral que suele producir ciertos retrasos en la evolución y superación de las rupturas. La culpa es común a ambas partes.
La Persona que deja
La persona que deja se siente mal por haber tomado la decisión (que será el tiempo y lo que vaya pasando quien nos podrá permitir verlo como algo bueno o malo pero no somos capaces de saberlo en ese momento, salvo en algunos casos que es evidente que mejor dejarlo).
La Persona dejada
La persona dejada se siente mal, se siente culpable porque cree que lo podría haber hecho mejor, que ha fallado o que no se ha esforzado lo suficiente.
Es bueno asumir en esta parte que las relaciones terminan muchas veces sin un motivo, sin un fallo concreto. Suele ser un cúmulo de situaciones lo que lleva a terminar la relación. Situaciones que tienen que ver con la convivencia, con otras personas, con el agotamiento o con la dinámica propia del enamoramiento y el amor.
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